El aislamiento mental desintegra la realidad y te semi-ata a
un recinto vacío. Aquí, la mitad de tu mente queda al descubierto para
verse/entenderse mejor, mientras la otra mitad deambula por calles del tiempo
al ritmo de los demás...
Cuando se elige pasear entre ambos caminos se pueden ver dos
paisajes, pero no se llega a ningún destino.
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